cabalgata de reyes
Hora y media de retraso esperando q llegue una cabalgata q no he tenido ganas de ver en todo el día. Voy obligado xq mi madre quiere verla. Aguanto la espera entre comentarios sobre lo poco q me apetece estar allí q adorno con tonos de broma para no resultar lo insoportable q a veces suelo ser en casos así. Y creo q lo consigo xq mi madre sonríe en vez de reprocharme la actitud como algunas otras veces (en las q tenía razón probablemente... en todas). Cuando aparece por fin gente de la cabalgata no espero nada. No me gusta estar allí pero aguanto. Suena la música y escucho a un padre q tiene a su hija en brazos y le dice: "¡mirá la música, Mayte!" Están justo a mi lado y veo a la pequeña Mayte con sus menos de dos años bailando al son de la música con una cara de asombro y fascinación q me hizo pensar q había merecido la pena esperar por estar allí al ver a esa pequeñita sonreir y bailar después al son de la música q aparece de vez en cuando, entre tramos de carrozas. Tal vez por eso empecé a gritar cuando pasaban algunas como si tuviera diez años menos: ¿Por qué no tiras aquí a ver si me das? ¡Anda q estarás cansao de tirar tantos caramelos...! ¡Que te vas a herniar tirando de uno en uno! o ¡A tí sí q te tenían q traer carbón! entre otras muchas lindezas... Y me lo pasé como un enano durante un buen rato. Porque envidiaba no ser capaz de sonreir con la ilusión de esa pequeñaja q estaba justo a mi vera. Gracias por devolverme la ilusión de ser un niño otra vez por un rato, Mayte.
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