desde un rincón...

...donde a veces las respuestas eran sólo nuevas dudas

"Y allí te espero, en el momento en que la pluma conoce al papel,
en el instante en que mis frases me desnudan..."
(Quique González)

martes, julio 05, 2005

Calle Infancia, 73

Era uno más de esos recados molestos que hay que hacer porque ya se han acabado los exámenes. Una autobus que me deja en la esquina de una calle con más de 160 portales en la que yo busco el 73. Una calor sofocante que sólo consigue alargar la distancia entre los números. Siempre por la acera de los números impares, que poco a poco van disminuyendo. Lentamente, paso a paso. Veo el portal 155, 141, 123... de repente miro alrededor y recuerdo que al comienzo de la esquina donde bajé, si hubiera seguido otra dirección, encontraría la calle dónde vivía de pequeño. Y es entonces cuando todo parece volverse algo más familiar...

Los portales siguen estando lejos, sólo es aún el 111 pero a 50 metros veo la puerta de un mercado. Esta vez desvío la mirada a la acera par. Y recuerdo haber estado allí paseando entre los puestos de pescado, de frutas y de flores con mi madre de la mano alguna vez, tal vez con menos de 5 años. Y al lado del mercado se levanta una Iglesia con su torre de campanario. No puedo evitar cruzar para ver su nombre sabiendo de antemano que es allí dónde me bautizaron. De entonces no tengo recuerdos, pero no puedo evitar sonreír al pensar en cómo ha pasado el tiempo, en lo distinto que era pasear de la mano de mi madre, o estar en sus brazos esperando a que alguien me echara el agua bendita encima. Con esta calor estaría bien que volvieran a mojarme hoy. Se me escapa la sonrisa, pienso que me siento algo más joven, que he recuperado un pedacito de infancia de repente paseando delante de esos dos lugares, uno junto al otro. Y al cruzar la calle como por arte de magia ya estamos en el 75. Como si hubiera vuelto atrás en el tiempo, los portales parece que se hayan acercado. El número que busco es ya el siguiente.

Entro en la tienda para encontrar un carrito de bebé y una niña lindísima de unos 4 años con sus padres. Se llama María, como su madre acaba de decirle para que se esté quieta. La pareja está esperando un nuevo bebé e intentan comprar un capazo para el carrito que encaje bien en él. Mientras, la pequeña María con su diadema fuxia sujetándole el pelo, los ojos traviesos y una sonrisa que sólo tienen los niños pequeños le pide el abanico a su madre y juega con él. Y empuja el carrito cada vez que la dependienta lo deja allí delante para ir a buscar otra cosa. Y abre y cierra las varillas de su nuevo juguete sin echarse aire siquiera, jugando a cantar y bailar una canción que sólo ella escucha removiendo de un lado a otro el abanico como si nadie más la viera. Sus padres dicen que le da mucha vergüenza hacerlo delante de la gente, supongo que hoy soy un espectador privilegiado... Y mira después atentamente el carrito, diciéndole a sus padres el color que más le gusta para elegirlo ella. Se entremete entre la dependiente y él para curiosear todo lo que pueda. Lo agarra y lo empuja de nuevo, mirándolo con detalle. "Me gusta el color, pero este carrito es demasiado pequeño para mí... ", dice antes de seguir sonriendo e irse junto a su mami para devolverle su abanico. Sonrío una vez más, no sé cuantas veces lo he hecho ya desde que entré a comprar...

Dejo pasar el tiempo mientras tan sólo la observo al lado de sus padres y deseo que el tipo que me atiende tarde un poco más en traerme los repuestos. Pero en escasos momentos el aguafiestas de la tienda ya está dispuesto a cobrarme. Yo querría esperarme un poco más porque sé que al salir de la tienda dejaré de sentirme como el niño que juega a ser mayor que soy en esos momentos. Desearía tener un caramelo para dárselo a María, pero al marcharme ella me mira y yo sólo puedo ofrecerle un hueco en mis recuerdos y sonreírle lo mejor que sé.

Ella me devuelve una sonrisa mucho mejor que la mía.


"Con la inocencia tan graciosa que apaga el tono de las rosas,
con ese brillo que te vuelve un niño, me miraste como si tal cosa..."

Volver a ser un niño.- Secretos

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1 comentarios:

At 25/10/05 1:43 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Vale, es oficial: sufres un caso grave de "inflamación aguda de regresión infantil". Para ello sólo existe una solución: tarde de chuches y columpios + sesión intensiva de dibujos animados y/o comics + jugar al escondite + sonreirle a la gente por la calle (aún a riesgo de q crean q estás loco) + ser absolutamente sincero + observar la realidad como si la vieses por primera vez = una existencia mejor :P

Un besote en la punta de la nariz!!!

brianda | Homepage | 07.06.05 - 4:53 pm | #

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Es que a veces dan unas ganas de retroceder en el tiempo!!!!!!

Lorena | Homepage | 07.06.05 - 6:57 pm | #

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No, es que se está haciendo viejo... jaja. Pensaba que yo tenía debilidad por los niños, pero creo que tu me ganas

¿Movía el abanico como María Isabel? (por favor, dime que no...):P

Inchina | Homepage | 07.07.05 - 6:42 pm | #

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Solo quería felicitarte por tu blog y deciros a todos que he creado mi blog y me gustaría que me visitaseís.

http://blogs.ya.com/compartiendo/

Un beso

rops | 07.08.05 - 8:53 am | #

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Me han encantado este post¡¡¡ Me ha hecho recordar la calle donde vivía de pequeña, y ahora todo parece mucho más pequeño¡¡¡ y creo que de vez en cuando deberíamos dejar de ser mayores y hacer lo que ha propuesto brianda.

hermosa | Homepage | 07.08.05 - 1:35 pm | #

 

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