palabras guardadas
Porque hay páginas que el viento pasa
con la misma cadencia silenciosa
que marchan sin prisa las palabras,
lentamente, camino del olvido...
Lo malo de guardar en los cajones de tu escritorio los cuadernos viejos es que algún día acabas por encontrarlos. Un descubrimiento accidental, una búsqueda concreta o una mera casualidad son la coartada perfecta para una de esas emboscadas que a veces juega a cometer el subconsciente. Porque en aquellos cuadernos no sólo duermen las palabras llenas de polvo, sino también en muchas ocasiones los sentimientos, los recuerdos, trazos incompletos que sólo el paso del tiempo puede llegar a rehacer o destruir por completo.
Aun así, siempre me ha fascinado encontrarme con un cuaderno de hace algunos años y buscar qué pude haber escrito en otro tiempo en su parte final. Ésa en la que nunca llegaban las clases a ocupar las hojas con sus fórmulas, sus ejercicios y sus párrafos. Me encanta esa sensación de ser capaz de revivir el tiempo en las palabras.
Incluso si esas palabras siguen sin ser del todo fáciles de leer...
"Silencios que matan suspiros
que siguen callando por temor
a darlo todo por perdido,
palabras que siguen guardadas
sin explicar los motivos
que encuentro en una mirada
para echar de menos tu voz
que a veces ni siquiera reconozco,
para darle una explicación
a lo que me cuentan tus ojos,
para darle sentido a este amor
que tan fuerte nunca había sentido,
para curar tu maltrecho corazón
con otro que late, sin ti, malherido."
Agosto '04
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