sonrisas de oferta
La miraba preguntándome qué diablos tenía esa chica para que mi vista no se apartara de ella. En todo el hipermercado podría haber cientos de personas, pero en aquel instante era como si el resto fueran absolutamente transparentes.
Tal vez tres o cuatro años menos y un vestido rojo de verano sobre la piel morena. El pelo castaño recogido en una cola que no llegaba apenas a rozarle la espalda. La marca blanca de un tirante que se anudaba al cuello "estropeándole" el bronceado. Y mientras, ella simplemente caminaba entre las estanterías y, a veces, bailaba al ritmo de canciones que sonaban tan sólo en su cabeza...
Y al pasar por caja, pensé que hay pequeñas sensaciones que nunca tendrán precio.
5 comentarios:
Me he metido dentro de tu historia y he observado con tus ojos. Son de esos retazos cotidianos que contienen magia.
Saludos
Ayer leía a la noche, sentado en una vieja butaca, de repente, todo lo que rodeaba se convirtió en algo con mucho sentido. Y es que, todo aquello que nos rodea tiene una historia detrás, tiene la increíble fragilidad de lo instantáneo, de lo fugaz, de lo eterno.
GATO NEGRO
Cuánto tiempo sin pasarme por aquí!
Es que esas pequeñas sensaciones son las más importantes. Sin ellas no seríamos lo que somos :)
Dice Iván Ferreiro en una de sus canciones:
"Y yo respirando el día cada vez que me tropiezo con algo inesperado"
Y eso es lo que hiciste tú en aquel momento :)
(P.D. Me ha encantado el comentario de gato negro)
Nunca te irás a la cama sin antes haber aprendido algo nuevo.. o, también, haber sentido.. :)
Tiempo sin pasar por aquí..
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