sueños helados
Para la chica que esbozaba eternamente una sonrisa,
por ser capaz de conservar mis sueños
helados cada noche en sus ojos...
por ser capaz de conservar mis sueños
helados cada noche en sus ojos...
La miraba cada noche al llegar a la heladería, entre mesas, sillas y columnas, fuera en la terraza o dentro del mostrador. Tenía en los ojos esa expresión de viveza imposible de explicar si nunca se ha encontrado con la propia mirada. El pelo largo y moreno recogido en una coleta, con el flequillo peinado hacia el lado derecho sujeto por las puntas sobre el filo de la oreja. Sus labios parecían esbozar continuamente una sonrisa que a veces no acababa de asomar del todo, y una expresión tan linda que casi te impedía dejar de mirarla.
Una lástima que no me atreviera ni siquiera a saludarte en alguno de estos 15 días en Matalascañas, ni siquiera a dejarte cerca un papelito que llegué a escribirte y se me quedó la última noche en un bolsillo...
"... me defiendo como gato panza arriba
sin llegar a distinguir a mi enemigo,
y me enredo con los hilos de tu vida
y me enfrento a un inventario de castillos.
Y a veces se me olvida que solo soy espectador
a veces las canciones se convierten en ceniza
y el corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón
y la ciudad palpita con horario de oficina.
Camino con los cordones desabrochados
enfilo algún bar abierto al doblar la esquina
presiento la luz dorada de un escenario
pero las cosas del alma no se adivinan..."
Una lástima que no me atreviera ni siquiera a saludarte en alguno de estos 15 días en Matalascañas, ni siquiera a dejarte cerca un papelito que llegué a escribirte y se me quedó la última noche en un bolsillo...
"... me defiendo como gato panza arriba
sin llegar a distinguir a mi enemigo,
y me enredo con los hilos de tu vida
y me enfrento a un inventario de castillos.
Y a veces se me olvida que solo soy espectador
a veces las canciones se convierten en ceniza
y el corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón
y la ciudad palpita con horario de oficina.
Camino con los cordones desabrochados
enfilo algún bar abierto al doblar la esquina
presiento la luz dorada de un escenario
pero las cosas del alma no se adivinan..."
(A veces se me olvida.- Quique González)
3 comentarios:
que bien relacionarme con gente del blog que me hablan de quique gonzalez, encontrar cosas así que nos mantenga cercanos... ahora que me alejo
Cuidado texto y precioso poema. Buena elección.
Pasaba por aquí y quise decírtelo.
Un saludo.
Unas palabras peciosas. Qué bonito sería que la chica de pelo moreno y tímida sonrisa las leyera alguna vez.
Solo pensar en ello merece la pena.
Un beso
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