desde un rincón...

...donde a veces las respuestas eran sólo nuevas dudas

"Y allí te espero, en el momento en que la pluma conoce al papel,
en el instante en que mis frases me desnudan..."
(Quique González)

martes, diciembre 20, 2005

paréntesis

Ojalá el corazón fuera un cenicero que puede sacudirse cada vez que está lleno de cenizas. Que sólo hubiera que dejar que el agua siguiera su trayecto por encima de todos sus rincones y luego quedara como nuevo para volver a usarse. Ojalá supiera por qué soy incapaz de olvidar a veces, de gritar en otras, de simplemente tirarme al vacio y dejar de pensar en todo lo que me rodea o deja de rodear continuamente. Ojalá supiera por qué llevo un par de días en que todo me afecta demasiado y a veces tengo ganas de llorar sin ningún motivo en especial, sin niguna cosa mala que me haya sucedido. Tal vez es tan sólo esa rutina, la ausencia completa de una simple ilusión cotidiana, la soledad que ni siquiera se cura en compañía. Esa sensación que se asemeja demasiado a un golpe en el pecho que hace que te cueste tanto simplemente el respirar. No lo sé. Ni siquiera lo sé en realidad. Ni siquiera tengo ganas de escribir esto, pero de repente parece que es lo único que siento que puedo hacer ahora... dejar que el corazón se vacíe de palabras como el cenicero que nunca ha sido ni será.


"¿Por qué me dices que va a ser distinto
si luego vuelve a ser lo mismo?
¿Qué tengo que ser para ser algo...?"

Otra tarde. - Enrique Urquijo y Los problemas

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