desde un rincón...

...donde a veces las respuestas eran sólo nuevas dudas

"Y allí te espero, en el momento en que la pluma conoce al papel,
en el instante en que mis frases me desnudan..."
(Quique González)

viernes, abril 29, 2005

pidiendo bombones...

[Este iba a ser un post de desahogo y de tristeza. Pero gracias a una amiga, he decidido q hasta q alguien no me demuestre q nuestros teléfonos no sólo se escuchan en una dirección, creo q es inútil regalarle a ella una sóla palabra más... hoy prefiero dedicarlas a alguien a quien le importe.


"todos los teléfonos q esperan tu llamada están ardiendo..."

(La ciudad del viento.- Quique González)]



Me mira dejando entrever q lo volverá a hacer. Se acerca con la media sonrisa a punto de aflorar q tienen los niños traviesos cuando están a punto de armarla. Sabe q no le negaré casi nada y ella se aprovecha de la situación. Lo hace desde q tenía menos de un año y tras verme por primera vez decidió q jugaría conmigo hasta q el cansancio acabara por impedirle estar despierta. A los diez segundos de verme lanzó su peluche al suelo con el disimulo propio de 15 años más sabiendo q lo recogería. Y lo hice, mientras ella me sonreía por primera vez en su aún corta vida y volvía a tirar el peluche al suelo. Y volví a recogerlo por verla sonreír de nuevo. Y en ese momento, mi pequeña sobrinita C. supo q recogería sus juguetes para siempre...

A veces viene con la cabeza agachada para q no se vean sus ojos cargados de intenciones. Pero siempre sabe hacerse con la suya. Se acerca a la cocina, me tira de la pierna cuando estoy cerca de la nevera y entonces la miro, justo cuando ella levanta la cabeza, me mira y dice: "tito, ¿me das un bombón q se van a estropear?" Y cuando se lo das vuelve a sonreír como si fuera la primera vez q lo hace, sin dejar una sola gota de alegría escondida dentro de ella, conservando la misma inocencia en una sonrisa tan de verdad q parece imposible q siga durando. Pero tiene casi siete años y aún la conserva.

En uno de sus cumpleaños (creo q cuando cumplió los 5) la llamamos por teléfono, ya q por desgracia está demasiado lejos para verla más, y se puso un rato a pesar de nuestro odio compartido por esos aparatos. Cuando habló conmigo, me contó q habían celebrado su cumpleaños con una tarta q le compró el abuelo (mi tio) y habían hecho una fiesta en su casa. Y justo después, dijo algo más q casi me hizo soltar el teléfono y ponerme a llorar allí mismo: "tito, te he guardado un pedazo de tarta"

A cambio yo sólo pude tirarle un beso, darle las gracias y guardarle para siempre el mismo pedazo de mi corazón q se ganó con su sonrisa en aquellos primeros diez segundos.


"la vida es como una caja de bombones..."
(Forrest Gump)

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