desde un rincón...

...donde a veces las respuestas eran sólo nuevas dudas

"Y allí te espero, en el momento en que la pluma conoce al papel,
en el instante en que mis frases me desnudan..."
(Quique González)

martes, abril 25, 2006

claroscuros en el corazón

Por un martes de feria inolvidable,
para bien y para mal...




Era una noche de abril robada
de una primavera demasiado parecida
a esos inviernos que no sabes cuando acaban
porque nunca termina el Sol de amanecer.

No había rastro de ti en ningún buzón,
ni llegaron cartas con una fecha atrasada.
No había línea en tu contestador,
ni bingo que valiera, para atender mi llamada.

Y yo soñaba con prestarte mi amor
para acurrucarlo en tu almohada,
mientras tú ya habías decidido asfixiarlo
sin saber siquiera cómo respiraba.

Y resultó una noche de contrastes,
oscuridad y luces que se apagan
para darle paso a un nuevo brillo
que entonces ni siquiera esperaba.

Y apareciste , con el tipo equivocado
acertando a darte abrazos sin pasión.
Con una sonrisa puesta que valía
mucho más que tu vestido rojo
manchado aquella noche con alcohol...

Y por unas horas acertamos
a ser el ejemplo perfecto de un error,
una equivocación divertida,
una luna llena de casualidades

que sólo el tiempo acertaría a oscurecer.

Con farolillos mirándonos dormidos
en un juego que no se atrevían a parar,
bajo un cielo de abril incierto
incapaz de saberse vencido por el sueño
del que nunca habría querido despertar.


Y tuvimos claveles suficientes
para hacer nuestra propia revolución,
con tu risa brillando en el cristal de los vasos
vacíos como la noche de mi habitación.

Con tus rizos dibujando mi cielo
en la noche que todo se apagó,
con tu voz despidiéndose de nuevo
y mi alma, al menos por un rato,
olvidando un poco su dolor...



"Es tu corazón una montaña rusa
y el mío un par de botas sucias..."


(Día de feria.- Quique González)

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domingo, abril 23, 2006

Reiniciar

"Mil bolas de luz...



mil bolas de luz
para matar cada ilusión
puesta al final
esta verdad se vuelve mal
claro es el fin, juntos los dos...

¿Dónde perdí
aquella poción para volar
y conseguir
no llorar más?
creo que eras tú...
que todo empezó,
esta intensidad, este calor...
¿dónde perdí el resplandor?

Y esa razón
que se pudrió
entre tu voz
y la cantidad
que aceptas por dar
besos de error
y una canción
que te escribí cuando soñé...

Que entre los dos
era mejor
sentirse mal
y te llamé
para intentar
llegar hasta ti
casi sin tocar
el suelo y volar
para poner los datos a cero
y reiniciar..."

(Piratas)

No tengo ganas de decir nada, así que le robo la frase a una amiga:

A ver cuándo nos sale el Sol de una puta vez...

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viernes, abril 07, 2006

el silencio de los poemas


"Me gustas cuando callas, porque estás como ausente
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca..."


Y yo te espero al otro lado de una ventana entreabierta por la que sueño a veces con saltar. Mientras, el sonido del teléfono se escucha a sí mismo, lleno de ilusión y quizás miedo. Hay días que un simple aviso se interpreta como la confirmación de un presagio. Es más tarde de lo previsto, pero sé que hay algo que me hace esperar hasta ese momento exacto. Por eso camino midiendo mis pasos a tu encuentro, porque creo que vas a estar donde no nos esperamos aún. Y no sé explicar porque el destino a veces te pone en mi camino cuando de algún modo pretendo apartarte, esa curiosa forma en que ocurren las pequeñas casualidades que dotan a la vida de algo de ilusión. Y tu sonrisa en el penúltimo asiento del bus confirmaba que, a veces, las cosas suceden cuando de verdad crees en ellas...

"...Parece que los ojos se te hubieran volado,

y parece que un beso te cerrara la boca..."


Y por una vez la ropa, peinado, rostro, nombre, piel y ojos de la chica silenciosa ya los conocía. Y soñé que me enamoraba en un autobús, y esta vez parecía demasiado real. Y había una última parada en la que bajarse juntos, una fila de butacas vacías que compartir entre los dos, un reposabrazos enmedio que me aguantaba queriendo rozarte... y un concierto de poemas hechos canciones para disimular los suspiros que tú me arrancas. Y no sé explicar porque mi cabeza se inclina hacia el lado vacío de los asientos, ni porque en vez de mirar al escenario no sigo buscando tus ojos cuando escucho aquella estrofa de Neruda...

"...Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.


Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

déjame que me calle con el silencio tuyo..."


Y entonces pienso que debe haber algo que nos hace estar allí escuchándola, con las manos tan cerca que podrían cambiar caricias por aplausos. Y pienso que tal vez debería hacer algo que lo cambie todo. Pero sólo me sale el silencio por los labios secos de tu boca, si no hago alguna broma que robe, para mi recuerdo, tu sonrisa. Y me quedo con el brillo de tus ojos cuando las luces se apagan, con el sonido de tu voz tarareando una canción a oscuras... Y entonces pronuncio palabras en silencio que sueño que tú puedes escuchar.

"...Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo..."


Y me despido sabiendo que mi amor sigue doblado como una servilleta en el fondo de un bolsillo roto. Aunque es bueno saber que puedo encontrarlo con tan sólo estirar un poco más los dedos de una mano... Saber que el corazón a veces se cansa de latir pero aún no ha decidido dejar de respirar.

"...Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto."
(Pablo Neruda)

Y en lugar de llorar por lo que nunca nos dijimos, prefiero sonreír por lo que hoy sé que alguna vez he sentido. Porque nadie puede arráncarmelo...


Y aunque tú no lo sepas, nos decíamos tanto...

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lunes, abril 03, 2006

emociones grabadas

Porque la vida, a veces, cabe en un puñado de palabras...


"Cuando pienso en Salitre48 no pienso en una calle; pienso en una playa, en carreteras secundarias, en un hotel de Conil de la Frontera, en un par de botas sucias, en puentes que se cruzan en ambos sentidos, en un café del puerto de Mahón, en un ron con coca cola en el Wild Thing, en una bandada de gaviotas en la costa del norte, pienso en primavera, pienso en un otoño de párpados caídos, en un libro de poemas de Bukowski, en un atardecer en Porto Colom, en una colección de lunas llenas, en una verbena de barrio, pienso en mis amigos y en Violeta, en un verso de García Montero que dice Vivir es ir doblando las banderas.

...

Cuando pienso en Salitre48 oigo tus pasos subiendo la escalera de madera, cruzar el pasillo, llamar a la puerta, entrar en casa..."

(Extracto del libreto de Salitre48.- Quique González)


Hoy sale a la venta su sexto disco, Ajuste de cuentas, recopilatorio en directo que incluye muchas de sus mejores canciones hasta la fecha. Conocí por primera vez sus canciones con este otro disco, y cambió mi forma de entender la música hasta entonces. Quería haber escrito algo sobre esas emociones que transmite, pero creo que no hay mejor manera de entenderlas que escuchándolo, ni mejores palabras que las que en su momento a él le sugería su obra... así que tan sólo dejaré aquí la letra de una melodía que tuve meses encerrada en la cabeza, sin saber quién era el tipo que se había olvidado una canción en mi memoria.


"Hay una calle que lleva tu nombre
en la ciudad del viento
después de tanto tiempo
me harté de esperarte
y se cayó el letrero.

Fin de temporada
para todos los amantes de lo ajeno
todos los teléfonos que esperan tu llamada
están ardiendo

Soy veraneante accidental
en la ciudad del viento
subo la montaña que se oculta tras el vuelo de tu falda

Tengo en la memoria la estructura de los labios incorrectos
y otra de las formas que aparecen en los mapas que dibujas
cuando te desnudas...

En todos los lugares te encuentro
en todos los lugares me siento un habitante más
en la ciudad del viento

Hay una calle que lleva tu nombre
pero no me acuerdo
después de aquél invierno
traté de encontrarte en los cafés del puerto

Fin de temporada
para los cantantes y los camareros
doblan las campanas
y las caravanas
salieron del pueblo

En todos los lugares te encuentro
en todos los lugares me siento un habitante más
en la ciudad del viento"

(La ciudad del viento.- Quique González)

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